“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.
Carta de San Pablo a los Corintios 13: 1-13
El amor es la virtud cristiana más grande y necesaria.
Modelar las expresiones del amor siguiendo el ejemplo dado por Cristo.
I. El amor es importante
II. Las características del amor.
III. El amor es eterno:
Introducción
Pablo insertó una lección sobre la naturaleza del amor de Dios que tiene su propio capítulo aparte, 1 Corintios 13. Se conoce como el “capítulo del amor”.
El tema del amor es tan importante que Pablo describió en detalle cómo Dios lo ve.
Al enfatizar tanto el amor. Pablo no estaba menospreciando la importancia de los dones; se dirigía a los cristianos cuya carnalidad y falta de entendimiento espiritual les hacía olvidar el motivo de los dones. Tenían que entender que el motivo de cualquier manifestación espiritual es muy importante, y que el único motivo aceptable es el amor. Los dones más espectaculares perderán su valor si se practican con orgullo. Si la persona que manifiesta un don tiene celos, dureza o enojo, no aprovechará nada para sí ni para los demás.
I. El amor es Importante
Es el camino más excelente:
Pablo quería que los corintios tuvieran tanto los dones espirituales como el amor. No es un caso de decidir entre, los dos. El amor es el "camino" más excelente" porque ayuda a descubrir cuáles son los "dones mejores". El amor muestra cuáles son los dones de mayor beneficio a otros espirituales.
B. Sin amor no hay nada
Sin amor, todo es inútil, inclusive los dones espirituales. Pablo hablaba en sentido figurado usando una hipérbole o exageración deliberada para recalcar algo, citando las alturas más extremas a las cuales los dones espirituales pueden llevar al creyente, y luego diciendo que sin el amor estos dones espirituales no serán útiles. Pablo citó los diversos dones de lenguas, profecía, ciencia, fe y ayuda, describiendo su uso con muchos detalles. En cada caso, él declaró que el don no tendría valor si no fuere motivado por el amor.
Pregunta: ¿Qué otro motivo aparte del amor puede hacer que la gente dé a los pobres?
Dar al pobre produce la admiración de todos, pero si un individuo iba al extremo de dar todo lo que tenia para alimentar a los pobres por orgullo o posición social, no tendría recompensa de Dios ("de nada me sirve").
II. Las características del amor
Como un diamante de muchas facetas, el amor tiene muchos aspectos. No se puede definir en pocas palabras. En los versículos 4-7 el Espíritu Santo da una descripción del amor que Dios desea ver manifestado en sus hijos. Algunas características del amor se presentan en forma positiva y explican lo que es el amor. Pablo enfatizó lo que el amor no es.
"El amor es sufrido, es benigno." En griego, la palabra traducida "sufrido" significa de "buen genio". Esta calidad de amor le dará al cristiano la capacidad de soportar con paciencia y sin reproche periodos largos de maltrato. El que es "sufrido" no se enojará ni se sentirá frustrado cuando los tiempos de prueba y tribulación sean largos.
"El amor no tiene envidia... no es jactancioso, no se envanece." Estas tres cualidades se relacionan de tal manera que una parece llevar a la otra. La envidia es casi un sinónimo de la codicia porque implica adorar las cosas materiales como si fueran ídolos. Una persona llena de amor puede ver a otros gozando de las cosas materiales y sentirse feliz por ellos, en vez de sentir rencor y desear riquezas para si solamente.
A veces la jactancia exagerada viene de la envidia. El que se jacta quiere comunicar el mensaje: "Yo soy mejor que esa persona no importa lo que tenga." Los que se jactan frecuentemente lo hacen sin pensar en los sentimientos de los demás. El amor pone freno a tal comportamiento para no hacer daño a otros con los elogios egoístas. La persona que tiene amor no desea parecer más importante que otros ni rebajarlos.
El amor "no hace nada indebido", es decir, no es descortés; tiene buenos modales. El amor reconoce que el comportamiento rudo y áspero ofende a otros, y los que tienen amor lo evitan.
El amor "no busca lo suyo." No es egoísta. Los que tienen amor se preocupan verdaderamente del bienestar y la comodidad de otros.
"No guarda rencor" quiere decir que el amor no toma nota de las injusticias, ya sean verdaderas o imaginarias. La persona controlada por el amor no ve ofensa ni insulto en cada acción o palabra de otra persona. El creyente controlado por el amor no interpreta todo para mal, especialmente lo que otros dicen de él o sus acciones respecto a él.
El amor "no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad". Cuando alguien está lleno de amor no disfruta al oír de los pecados de otros ni de los chismes. El amor encuentra su gozo cuando se exalta la verdad y las personas viven de acuerdo a las normas de Dios
El amor "todo lo sufre". La palabra griega traducida "sufrir" es sinónimo de "soportar". La idea es la de soportar algo a costo personal. El amor ayuda a limitar los legítimos derechos para hacer la obra del Señor. Al soportar todas las cosas uno también controla sus sentimientos bajo presión. Soportar significa permanecer firme durante el sufrimiento o desgracia sin darse por vencido. El amor da fortaleza y fe durante las pruebas para ver la mano de Dios en todo. Por esta razón no se lucha con amargura contra las circunstancias desagradables.
El amor "todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Creer todas las cosas no implica ser crédulo. En este contexto parece decir que el amor no es sospechoso ni cínico. Hace el esfuerzo por creer lo mejor, no lo peor, de los demás.
La capacidad del amor para mantener viva la esperanza hace que los creyentes sean alegres y optimistas, viendo el propósito de Dios en cada situación.
Hay cristianos que son verdaderos modelos del amor divino,' pero el ejemplo perfecto es Jesucristo.
III. El amor es eterno
El amor desempeña un papel tan importante en la relación con Dios y los demás que sin él todos los esfuerzos son inútiles. Los dones espirituales más visibles no pueden reemplazar el amor. Las obras más nobles pierden su significado si no son inspiradas por el amor.
Al comprender las características del amor de Dios, puede que se produzca el desánimo ante una norma que parece inalcanzable. Con la fuerza natural es imposible expresar fielmente el amor de esa manera, pero el amor es parte del fruto del Espíritu. No es algo que se puede crear ni adquirir por la fuerza de la voluntad diciendo: "Voy a tener amor." La clase de amor que describe este capítulo fluye sólo del Espíritu Santo. Es la clase de amor que Jesús tiene y crecerá en el creyente mientras viva en Él y se rinda al Espíritu. Cuando hay amor, no se anuncia. Todos lo ven en lo que hace y dice el que ama.
Lo primero que debemos entender es que su amor es eterno. No lo determina el tiempo ni el espacio. El me amó ayer y me ama hoy. Tenemos que buscar una mayor concepción del amor de Dios. Que aunque es simple, a la misma vez es tan profundo que muchos no lo han entendido.
Dios es amor, pero amor no es Dios. Porque si lo limitamos a un atributo, le estaríamos quitando su divinidad. Él es más que un atributo.
Él prolonga su amor por el hombre hasta que logra atraerlo. Él lo persigue con su amor hasta poder lograr su atención y devoción. Tampoco podemos olvidar que en su gran amor, un día juzgará a todos lo hombres por haber rechazado su amor.
Necesitamos expresar nuestro amor a Dios, aprender a amarlo con todas las fuerzas de nuestro corazón. Mucho del amor que demostramos es interesado; te amo si me amas. Jesús nos enseñó a amar, aún sin ser amados. El amor de Dios es un amor eterno por la raza perdida, el cual no se cansará de llamarla hasta que pueda decir: "tú sabes que te amo".